disimulan

El, era sin dudarlo un hombre amable. Pero, le preocupaban esas cuestiones referidas a la supervivencia.

-Treinta céntimos de euro!

Siempre, habia sido en sus cambios muy  ajustado. Y, en sus precios… Pero, en el peso, si  pudiera,  se sobrepasaba.

-Ella, está muy acostumbrada… Quiere Ud mejor una bolsita?

Gil y Gil

-No era un hombre ingenuo. Sin embargo, tampoco era ese monstruo! Sacaba de la gente, su avaricia. Te he robado alguna vez alguna cosa? Así te interpelaba impetuoso. Pero en nuestro mundo, nunca ha habido para todos.

-Lo sabía.

 

Deja un comentario